Resumen del Trabajo Fin de Máster en Bioconstrucción IEB de José Luis Vázquez Álvarez, alumno de la 17ª edición.


¡Qué maravilla de casa! 

Eficiencia energética, uso de materiales naturales, aprovechamiento de luz y de los espacios, control de la humedad, ambiente sano… Todo muy bien, pero, ¿qué sucede con el aspecto social?, ¿alguien se pregunta por el origen y trayectoria de los materiales utilizados y las consecuencias para que nuestra sociedad se desarrolle siguiendo determinados valores?

La última regla de las 25 reglas básicas de la bioconstrucción [1] es la ausencia de secuelas sociales negativas. ¿Realmente pensamos en esta regla? En muchos casos utilizaremos materiales naturales con muy buen comportamiento técnico, ambiental y de salud para las personas usuarias, que esconden un comportamiento social reprochable.

Condiciones de trabajo dignas, reparto justo del valor generado, sostenibilidad social, respeto a los derechos humanos, integración de los colectivos más débiles, igualdad y, valores similares deberían estar detrás de cada material. Hay un movimiento hacia lo que llaman Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que no dejan de ser declaraciones sin un control de cumplimiento, más marketing que realidad.

La transparencia y la trazabilidad son fundamentales para que sepamos quiénes intervienen, cómo actúan, por qué etapas pasa cada material y qué consecuencias provoca en nuestro entorno social. Algunas aplicaciones basadas en blockchain están dando los primeros pasos en esta dirección.

Cojamos tres materiales, bien vistos en bioconstrucción: madera, piedra natural y bambú. Y veamos en cada uno de ellos, dos problemáticas concretas y sus negativos efectos sociales. 

Madera. Impacto social

Comercio ilegal: aunque hay una legislación europea específica para tratar de solucionar este tema, parece que su aplicación no está siendo todo lo adecuada que se esperaba. A estos problemas de control en destino de la madera, se une otras malas prácticas en origen como tala ilegal, falsedad documental y corrupción. La falta de información y opacidad por parte de las administraciones públicas es muy alta.

Sellos. De la buena teoría a la mala práctica. FSC: la teoría de que unos sellos identifique a la madera “buena” de la “mala” parece que en la práctica no funciona del todo bien. El documental “Tala de la selva: ¿Corrupción en los sellos ambientales?” [2], denuncia una serie de sospechas sobre el adecuado funcionamiento del sello FSC (Forrest Stewarship Council), en el que se acredita que empresas con unas actividades poco éticas consiguen certificar buena parte de su madera con el sello FSC.

Piedra natural. Impacto social

Mentalidad grandes empresas: al ser empresas con un alto componente financiero, parece que ese aspecto al final es el que se impone y las empresas buscan economías de escala, aumentar su tamaño y poder, y cegadas por ese aspecto olvidan otros muy importantes, como son los sociales.

Condiciones laborales: En algunas tareas de este sector son necesarias unas condiciones especiales de seguridad, que no siempre se siguen. Por ejemplo, en el caso de enfermedad por silicosis, que ha causado varias muertes, empresas españolas han sido denunciadas. Incluso algunas habrían hecho firmar al personal afectado cláusulas de confidencialidad para evitar las denuncias. [3]

Bambú. Impacto social

Condiciones en origen: al venir, en su mayoría, de países con unas legislaciones laxas en los aspectos sociales, será necesario tener unas buenas referencias y contactos de confianza que nos aseguren que en la obtención del bambú se siguen unas buenas prácticas sociales.

Pobreza y deforestación: puede ser una solución a la deforestación y también puede reducir la pobreza si quienes cosechan el bambú obtiene unos ingresos regulares y justos. Aunque ya están apareciendo denuncias sobre las actuaciones de algunas multinacionales, que están adueñándose de terrenos para plantar bambú, desplazando a campesinos/as sin recursos. [4]

En conclusión, podemos ver que las malas prácticas salpican a muchos materiales de construcción, incluso a los considerados más “bio”. Entonces, ¿siguen siendo igual de válidos? Según la 25ª regla, está claro que no serían Bioconstrucción.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Master en Bioconstrucción del IEB. Modulo 1: Introducción a la Bioconstrucción. Punto 8: Fundamentos de la Bioconstrucción

[2] Thomas Reutter y Manfred Ladwig, “Tala de la selva ¿Corrupción en los sellos ambientales?”, 2019, https://www.youtube.com/watch?v=6_qV9Mnz83s

[3] Nuevo Diario, “Interviú destapa la historia oculta de lo que se esconde tras el emporio Cosentino…”, 13 de septiembre de 2017

https://nuevodiario.es/noticia/1425/nacional/interviu-destapa-la-historia-oculta-de-lo-que-se-esconde-tras-el-emporio-cosentino.-el-titulo-no-deja-indiferente-a-nadie.-silicosis:-dinero-a-cambio-de-silencio.html

[4] Inforural, “Responden a la deforestación con bambú”, 6/03/2015, 

https://www.inforural.com.mx/responden-a-la-deforestacion-con-bambu/

Ir al contenido