Cada vez resulta menos difícil transmitir la importancia que tienen para nuestra salud los factores ambientales, en una sociedad aquejada de múltiples afecciones que antiguamente tenían un carácter minoritario. Parejas con escasa fertilidad, casos de cáncer en órganos hormonodependientes (mama, tiroides…), adelanto de la pubertad en niñas o alteraciones en el desarrollo neuropsicológico (hiperactividad, déficit de atención…) afectan a personas de nuestro entorno próximo y son efectos de la exposición a ese grupo de tóxico que llamamos “contaminantes hormonales”.

Revista Construcción IBN
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