Las enfermedades crónicas aumentan y cada vez lo hacen a una edad más precoz por la exposición continuada a factores de riesgo para la salud, en concreto los químicos. Los sistemas cardiovascular, respiratorio y neurológico se ven alterados por las muchas sustancias químicas que logran entrar en nuestro organismo. El cáncer es la enfermedad más mortal pero también se experimenta un aumento de casos de fibromialgia, fatiga y sensibilidad química múltiple como consecuencias de la contaminación ambiental, dependiendo del lugar donde vivimos. Porque ya no pesa tanto el código genético, como el código postal.

La profesión médica alerta del aumento de enfermedades causadas por los factores ambientales e incide en la importancia de una buena calidad del aire para nuestra salud. Y aunque reconocen que el entorno es cada vez «más hostil», desde la Asociación Catalana de Salud Ambiental se incide en reducir al mínimo esta exposición porque “las intervenciones de hoy son la salud del mañana”.

Así lo confirma su presidenta, la doctora Carmen Ruiz, especialista en medicina familiar y comunitaria y experta en medicina ambiental; fundadora y coordinadora del Grupo de Patología ambiental y del Virtual ClinicMasalud. “Nuestro cuerpo va recibiendo un sumatorio de factores entre productos químicos, biológicos y campos electromagnéticos a lo largo de los años que no siempre nuestro organismo puede depurar”.

La respuesta biológica frente a estos intrusos que penetran en el cuerpo a través del aire, la alimentación o la piel, no siempre es la misma y será lo que determine el desarrollo de enfermedades unas décadas después.

Los estudios indican que los primeros 1.000 días, desde la concepción hasta los dos años de vida, son los más vulnerables puesto que es el momento de la programación fetal. «Las enfermedades que pueden llegar a la edad de 40, 50 o 60 años de vida se programan en esta etapa infantil y es entonces cuando deberíamos tener más precaución ante lo que comemos, respiramos y nos ponemos en la piel».

Respirar a diario aire contaminado, el uso cotidiano de cosméticos o productos de limpieza agresivos o la exposición las 24 horas del día a los campos electromagnéticos, no hacen más que aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neuronales. “La OMS estima que el 50% de la población desarrollará alguna alergia ya sea alimentaria, respiratoria o química, en 2050. Además, la esterilidad va en aumento debido también a la pérdida de calidad del semen, así como los trastornos de aprendizaje y el autismo infantil”, explica.

Carmen Ruiz empezó a desarrollar su profesión en la localidad barcelonesa de Montcada i Reixac, una zona rodeada de polígonos industriales con una gran exposición química. El aumento de enfermedades multisistémicas le llevó a investigar y a formarse en Dallas, uno de los hospitales de referencia sobre salud ambiental. Desde entonces, ha continuado indagando sobre el exposoma (los factores externos que atraviesan las barreras de la piel, las vías respiratorias y la alimentación) y las consecuencias de la carga de tóxica que va mermando la salud con el paso de los años.

Si te perdiste el webinar sobre el «Impacto de la contaminación ambiental en la salud», aquí te dejamos la grabación.

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